sábado, 23 de diciembre de 2006

Hijas


Un amigo, lejano ahora en mi pasado casi olvidado, decía que su pequeño hijo era su isla, a la que se aferraba para seguir viviendo. Encontraba en él la razón de su existencia.
Esta foto de Lucía y Eulogia es de principios de los ochentas. Las veo tan graciosas y desprolijas! Seguramente las interrumpí en medio de un juego que las divertía mucho. Si alguna vez pensé en ellas como mis islas salvadoras, estaba equivocado. En todo caso, son el principal motivo de mi vida si, pero no la razón de mi existencia. Saber que están me hace feliz y con eso me conformo. Es cierto en un punto: son islas, independientes y orgullosas, sensibles. No se atan a mi y yo no trato de retenerlas. Las sigo mirando hasta cuando se alejan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Leo y recuerdo un comentario similar, también mirando fotos de hijos, en este caso ajenos.
Ese padre me decía que sus nenes no sólo eran otras personas, sujetos de la vida, sino también una seguridad.
_ Pase lo que pase, sé que a partir de ellos nunca volveré a sentirme solo.
Una idea muy bella.
Saludos
ayd

Reina dijo...

Què gracioso: me quedè mirando dos cosas en la foto antes de leer el post. Una era que la cuna y el "jardinero" de la menor, eran claramente ochentosos. Mi hija mayor naciò en el 80, claramente puedo distinguir esos detalles. Cuando la tuve yo tenìa diez años menos de los que ella tiene ahora!.
Es una gran tranquilidad para mì saber que ella -ni sus hermanos- son mi vida, que son en algùn sentido algo de lo que me pasò, me pasa y me pasarà siempre pero nada màs (ni menos) que eso.
Hermoso el blog.